El origen del lugar fue un poblado ibérico o un castillo protohistórico (entre el primer milenio a.C y la conquista romana).
Más al norte del casco antiguo de la villa, sentada encima de una colina, el equipo que realizó la Carta Arqueológica de Cataluña descubrió un par de yacimientos en terrenos estériles, zona de bosque sobre una cresta entre dos barrancos, en los que podría fecharse entre 5500 y 2200 a.c. El estado de conservación es malo y no se observan restos de estructuras arquitectónicas, aunque en uno se encuentra cerámica superficialmente.
La explicación radica en su fácil acceso y al ser zonas muy afectadas por la guerra civil: hay numerosas trincheras, amontonamiento de piedras, refugios, proyectiles ... También se encuentran restos de industria lítica tallada sobre sílex en algún otro cerro.
Todo esto sería suficiente para explicar las raíces ibéricas del topónimo que son, según Enric Aguadé Sans en "Topónimos ibéricos": (KAR / KER / KOR (roca alta) + BE (bajo) + ER (barranco) + A (el / la). KOR-BE-ER- A, tiene el significado del barranco, bajo la roca alta. El pueblo esta situado a la ribera del río Sec, el cual, pasa por la sierra del Valle de la Torre, toda ella coronada por rocas peladas de conglomerado con la misma estructura que las "montserratinas".
Otra versión la encontramos en el libro de Pedro Balañá Abadía "Los nombres de lugar de Cataluña", según el cual derivaría de la palabra latina corvus "lugar o nido de cuervos", mientras que el añadido de Ebro es derivado del latín Iberus , quizás procedente del vasco: nombre propio de lugar.
Esta tesis se soportaría en la heráldica: el cuervo es el símbolo principal del escudo del pueblo, al menos desde la edad media hasta la época actual. Aparece representado en uno de los capiteles de una galería del siglo XIII y que ahora está expuesta dentro de la iglesia vieja, en la fachada principal de la iglesia vieja (1804), dentro de un medallón, sobre la puerta de entrada y los atributos de la cátedra de San Pedro, patrón de la parroquia y también en los viejos lavaderos públicos, popularmente conocidos como la Font. Hay quien dice que podrían tener su origen en unos baños de la época romana, pero faltan los fundamentos arqueológicos y/o científicos para sostener tal afirmación.
Se ha atribuido a Corbera un origen árabe, pero Juan Agustín Ceán Bermúdez (1749-1829), pintor, historiador y crítico ilustrado de arte español, cree que Corbera es la antigua Corbion de los cosetanos, núcleo de los pueblos íberos confederados, aliados de los cartagineses contra los romanos. Acosada por Cayo Terencio Varrón hacia el 182 a.c, durante la segunda guerra púnica.
Nuestros antepasados nos han dejado un legado valioso que muchas veces desconocemos o no le damos la importancia merecida. Muchas veces hemos dado la espalda a nuestro patrimonio y no ha habido la sensibilidad social necesaria para conservarlo. Durante muchos años nuestro patrimonio histórico y cultural se ha ido degradando y, en algunos casos, destruyendo.
Cualquier intento de averiguar nuestro pasado, de conocer un poco más nuestra historia, al fin y al cabo de recuperar la memoria colectiva de un pueblo, no es más que la voluntad de afirmar quiénes somos y de dónde venimos para poder, sólidamente, decidir hacia dónde queremos ir.
Medieval
Corbera d'Ebre aparece por primera vez en un documento escrito el año 1153, citado en la carta de donación del castillo de Miravet, cedido por Ramón Berenguer IV a los templarios. No se conoce, sin embargo, la carta de población de Corbera, que podría datarse a finales del siglo XII. Por lo menos, de esta época son los únicos restos del castillo desaparecido que todavía se conservan: las piedras de una espléndida galería cuyos capiteles están decorados con la cruz de la Orden del Temple.
En 1317 la jurisdicción de Corbera y el resto de la Bailía de Miravet pasaron a los hospitaleros y desde entonces formaron parte de la castellanía de Amposta.
Moderna
La población está situada en el valle del río Sec, entre las sierras de Cavalls y de la Fatarella, antigua vía histórica hacia Aragón que también servía de enlace con las tierras bajas de la Ribera d'Ebre. Esta situación estratégica motivó la destrucción del pueblo en varias ocasiones.
En 1463, en la guerra contra Juan II, el arzobispo de Tarragona, Pere d'Urrea, redujo «por la fuerza de las armas» Corbera, partidaria de la Generalitat de Catalunya. También sufrió junto al resto de la comarca la conmoción de la guerra del Segadors. Durante la guerra de Sucesión las tropas francocastellanas ocuparon la población definitivamente el 6 de febrero de 1707.
Contemporánea
La guerra civil de 1936-1939 supuso para Corbera el peor desatre de su historia. Durante la batalla del Ebro, el pueblo quedó en la vanguardia del frente republicano establecido, en agosto de 1938, a las afueras de La Pobla de Massaluca, Vilalba y Gandesa. El frente se rompió en Corbera el 3 de septiembre y todo el pueblo resultó prácticamente destruido.
El Poble Vell descansa en la cima de una colina a 337 metros de altura; donde una multitud de casas en ruinas dan constancia de lo que hasta 1938 fue la villa de Corbera d'Ebre. Allí descansa su símbolo, la iglesia de San Pedro desde donde se pueden contemplar las abruptas montañas de la Sierra de Cavalls y Pàndols y gran parte del terreno que fue el escenario principal de los 115 días de enfrentamiento que duró la batalla.