Corbera d'Ebre aparece por primera vez en un documento escrito el año 1153, citado en la carta de donación del castillo de Miravet, cedido por Ramón Berenguer IV a los templarios. No se conoce, sin embargo, la carta de población de Corbera, que podría datarse a finales del siglo XII. Por lo menos, de esta época son los únicos restos del castillo desaparecido que todavía se conservan: las piedras de una espléndida galería cuyos capiteles están decorados con la cruz de la Orden del Temple.
En 1317 la jurisdicción de Corbera y el resto de la Bailía de Miravet pasaron a los hospitaleros y desde entonces formaron parte de la castellanía de Amposta.