La guerra civil de 1936-1939 supuso para Corbera el peor desatre de su historia. Durante la batalla del Ebro, el pueblo quedó en la vanguardia del frente republicano establecido, en agosto de 1938, a las afueras de La Pobla de Massaluca, Vilalba y Gandesa. El frente se rompió en Corbera el 3 de septiembre y todo el pueblo resultó prácticamente destruido.
El Poble Vell descansa en la cima de una colina a 337 metros de altura; donde una multitud de casas en ruinas dan constancia de lo que hasta 1938 fue la villa de Corbera d'Ebre. Allí descansa su símbolo, la iglesia de San Pedro desde donde se pueden contemplar las abruptas montañas de la Sierra de Cavalls y Pàndols y gran parte del terreno que fue el escenario principal de los 115 días de enfrentamiento que duró la batalla.
A medida que aumentó la degradación del núcleo antiguo, los vecinos se trasladaron a la parte baja. Las ruinas abandonadas se convirtieron en símbolo de la férrea defensa durante el episodio más trágico de su historia reciente y lugar de visita obligada para quien desea recordar aquellos hechos o contemplar los desastres de la guerra.